Los vecinos de la urbanización de Las Remudas, en el municipio de Telde (Gran Canaria), denuncian las inundaciones de aguas fecales que llevan produciéndose hace décadas. En menos de 15 días se han extraído un total de 166.000 litros en el edificio, nº 10, situado en la Calle Alejo Carpentier.
El presidente de las diferentes comunidades de este barrio, Marco Antonio Cabrera Gil, junto con la presidenta del bloque de viviendas afectadas, Eva María Mendoza, avisan que esta situación es insostenible y recurrente, puesto que lleva produciéndose desde el año 1978. Sin embargo, el problema se ha agravado en los últimos quince años, a raíz de la reforma integral realizada por Fomenta y Construplan.
Según nos comentan, las nuevas canalizaciones se engancharon a las ya que ya existían, y que son bastante viejas. Como son de cemento y tienen más de 50 años, esto ha dado lugar a que se desintegren, tal como podemos observar en la foto que incluimos a continuación.
En esta ocasión, algunos de los vecinos han tenido que abandonar sus viviendas por los olores insoportables. Otros han tenido que convivir con las ventanas totalmente cerradas y sin ventilación natural para sobrellevar la situación. A esto, se une la proliferación de ratas, insectos y todo tipo de plagas que afectan a la salud. Sin embargo, el problema más serio se ha detectado en el deterioro de los pilares del mismo edificio, que pone en riesgo su estructura.
Este barrio cuenta con 72 bloques repartidos en ocho aparcamientos. Los presidentes de todos ellos se han unido para tomar medidas tajantes y dar una respuesta contundente ante los oídos sordos de las autoridades competentes en la materia. Los vecinos están seriamente preocupados ante el último incidente, puesto que lo ocurrido empieza a ser cada vez más habitual. Al fin y al cabo, todas las viviendas se verían afectadas porque la red de alcantarillo atraviesa el subsuelo de todos los bloques, aunque según se denuncia "una gran parte no tiene acceso a los sótanos".
El máximo representante, Marco Antonio Cabrera Gil, sostiene que es necesario, con carácter urgente, la limpieza de los sótanos para hacer un peritaje estructural de cada edificio y evaluar los daños, algunos invisibles a simple vista. Así como realizar un nuevo planeamiento de la red general de alcantarillado y arreglo de los daños ocasionados por el vertido de las aguas fecales durante décadas.
Marco Antonio Cabrera Gil dice que "la situación es alarmante porque los edificios pueden llegar a colapsar. Además, la falta de tratamiento de las aguas fecales representa un riesgo para la salud pública, porque contienen patógenos y sustancias altamente tóxica que causan enfermedades". El representante de las comunidades de vecinos insiste en que "es fundamental realizar una perfecta planimetría de la red de alcantarillado, ya que los operarios de Aguas de Telde encuentran continuamente arquetas y pozos ocultos atascados durante sus intervenciones".
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Los vecinos ya han dado los primeros pasos y han presentado la denuncia ante la policía municipal, quien levantó un informe de lo acontecido. Después, ha sido llevada a las concejalías correspondientes del Ayuntamiento de Telde con la finalidad de asignar responsabilidades para actuar en consecuencia.
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